Los sustitutos

Llegó el verano. Una época relacionada con luz, calor, vacaciones, playa o piscina para algunos o viajes lejanos para otros.

Pero para algunos, tiene un significado totalmente distinto. Que llegue el verano y que algunos disfruten de sus merecidas vacaciones significa trabajo para muchos. Por eso, esta entrada está dedicada a todos ellos, los sustitutos, de verano en general, y de enfermería en particular (lo que tira, tira).

Lo primero de todo. Soy sustituta. En mi contrato así lo dice. Y soy feliz. A veces es duro no tener tu plaza en propiedad, no disponer de las vacaciones cuando te apetece (cosa que los fijos tampoco pueden hacer), y tener esa incertidumbre de saber qué pasará en un futuro. Pero sigo siendo feliz.

Por eso, todos los que estáis en esta situación, o todos los que empezáis a estarlo, tenéis que aprovechar cada día de sustitución para seguir creciendo profesionalmente, para conocer gente, muchísima gente, y para aprender del que tenéis frente a vosotros, en la cama del hospital, o al otro lado de la mesa en la consulta de primaria.

Es duro, muy duro a veces. En tres meses de contrato se puede pasar por varias consultas distintas, o por varios servicios distintos, y eso puede quemar mucho.

En mi caso, os cuento mi experiencia en Atención Primaria.  Empiezas trabajando sólo días sueltos (nochebuena, nochevieja, Semana Santa, etc.), luego consigues trabajar casi a diario durante la semana (eso sí, puedes trabajar cinco días de una semana en cinco centros de salud diferentes). Si tienes suerte, lo mismo te toca cubrir una baja de 3 o 4 meses (3 o 4 meses seguidos en el mismo sitio, por la misma persona, es un lujazo). Y cuando ya vas acumulando puntos en bolsa y kilómetros a tus espaldas, llegan las interinidades, los contratos que se van renovando cada cierto tiempo, en resumen, algo más de tranquilidad.

Insisto, no penséis que es una situación difícil, aunque a veces lo sea. Son pequeños pasitos que hay que ir dando para llegar a nuestra meta (y no identifico meta con plaza fija, la meta para mí es trabajar en un sitio donde esté a gusto). Y si mientras llegáis disfrutáis del camino, eso se quedará con vosotros para siempre.

Intentad ser positivos. Por ejemplo, antes no teníamos navegadores, todo eran mapas, guías de carreteras y callejeros. Ahora, la tecnología está de nuestro lado.

Y para terminar, hoy os voy a contar por qué escribo esta entrada. Estaba en el coche, haciendo los domicilios programados de ese día, que eran mil, y de repente, escuchando el nuevo disco de un grupo que ha estrenado trabajo hace poco, sonó ésto:

Cada error en cada intersección...

No es un paso atrás, es un paso más.

Cada curva en cada borrador...

No es un paso atrás, es un paso más.

Tal vez sea una tontería, pero a mí me sirvió para cambiar la cara de acelga por una sonrisa. Y pensé en escribir esta entrada. Cuando se aproxime el final de mi contrato, sin saber qué pasará en un futuro, la frase que repetiré mentalmente será esa: no es un paso atrás, es un paso más. Y que sea lo que tenga que ser. Pero sea lo que sea, será otro pasito más para llegar.