Sorprendida, extrañada, chocada, desconcertada, sobrecogida, pasmada, atónita, impresionada, asombrada y estupefacta. Así me he quedado al leer que los pacientes de la Unidad de Quemados de un hospital recién inaugurado tienen que usar unos sonajeros artesanales para avisar a los sanitarios de la unidad porque ¡no existen timbres!
Ahora le empiezo a ver sentido a las clases de trabajos manuales del colegio, porque fueron los propios trabajadores los que tuvieron que improvisar estos "timbres". Y mi madre que me decía que en "la pretecnología" y "la gimnasia" con que sacara un 5 se conformaba... Y ahora mira, trabajos manuales en el hospi.
Y lo más raro de todo, es que el hospital en cuestión no lleva inaugurado mucho más de un mes.
Una vez despierta mi curiosidad, he leído que éste no es el único problema. Parece ser que el primer día de funcionamiento sufrió un apagón generalizado, no existen interruptores y las luces tienen que permanecer encendidas durante toda la noche, entre otras deficiencias.
¿Y por qué? Pues el motivo de los anteriores despropósitos no parece ser otro que la proximidad de las elecciones. Eso es, las prisas, que nunca son buenas consejeras.
Seguro que un futuro, será un gran hospital de referencia, pero hoy en día parece ser que no está preparado para funcionar en condiciones óptimas, ni para los usuarios, ni para los trabajadores.
Ya lo dice el refrán "¡Vísteme despacio, que hay elecciones!
Ya lo dice el refrán "¡Vísteme despacio, que hay elecciones!