Cuando la dueña de uno de tus blogs favoritos te propone intercambiar papeles y participar en una de sus entradas a 4 manos, no puedes decir que no, menos aún si su estilo, imposible de imitar, nos encanta. Sus entradas en La verdad absoluta no existe son siempre especiales y con sus cuentos y reflexiones siempre dan una vuelta de tuerca más y nos hacen pensar.
Esa forma tan especial de contar las cosas sólo la tiene Rut, nuestra psicóloga blogosférica favorita y coaching de cabecera, además de amiga y visita ilustre de esta casa. Siempre encuentra el cuento perfecto para compartir sus reflexiones con nosotros, así que no me enrollo más y os dejo aquí el post a 4 manos que hemos escrito entre las dos sobre lo fácil que es criticar y dar “humildemente” nuestra opinión y, por otro lado, lo fácil que es también caer en las “garras” de los comentarios ajenos y terminar haciendo lo que nos proponen otros por encima de nuestro propio criterio.
Para Rut, la clave en el primero de los apartados es pedir permiso. Dar nuestra opinión no es malo, e incluso a veces sirve de ayuda. Lo verdaderamente importante es pedir permiso antes de soltar sin consulta previa cuál es nuestra opinión, sobre todo valorándola por encima de cualquier otra propuesta. Además, si pido permiso para dar mi opinión, he de estar preparado/a para que me digan que no quieren escucharla, o bien que aunque la hayan escuchado no me hagan caso. ¿Estamos preparados?
La segunda clave, es, cómo decían nuestras abuelas “hacer oídos sordos”, es decir, ser capaces de escuchar a los demás (a veces nos dan información que de otra manera no seríamos conscientes) y al mismo tiempo seguir escuchando nuestros principios, nuestros valores…, aquello que es importante para nosotros/as. Si estamos convencidos… ¿por qué no perseverar en lo que creemos?
Como escribí al principio, me declaro fan incondicional del blog de Rut y de sus cuentos, así que también hemos buscado uno que se titula El anciano, el niño y el burro, y dice así:
Había una vez un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo. Llegaron a una aldea caminando junto al animal y, al pasar por ella, un grupo de jóvenes empezó a burlarse de ellos, gritando:
-¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos el viejo podría subirse al burro.
Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y al cruzarlo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado, y empezaron a decir:
-¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y el pobre niño caminando.
Al salir del pueblo, el anciano se bajó del burro y siguió el camino a pie, mientras que el niño lo hizo subido en el burro. Así llegaron a otra aldea. Cuando las gentes de la aldea les vieron, exclamaron escandalizados:
-¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante? El muchacho joven y sano montado en el burro mientras que el pobre anciano va caminando a su lado. ¡Qué vergüenza!
Como ya no sabían qué hacer, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel animal llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Pasaron junto a un grupo de campesinos que al verlos empezaron a vociferar:
-¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal!
Apenados, el anciano y el niño se apearon del burro y optaron por cargarlo sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. Allí la gente se apiñó alrededor de ellos y entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:
-Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas! Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!
Asustado por tanto ruido, el pobre burro se revolvió y echó a correr despavorido, precipitándose en un barranco y muriendo. El niño y el anciano se miraron muy tristes por la pérdida de su fiel compañero de viaje…
De esta sencilla historia extraigo dos conclusiones: no hagas las cosas por complacer a los demás y no critiques a otros a las primeras de cambio. Sé tú mismo y actúa como creas que tienes que hacerlo. Hacer cosas que no quieres o en las que no crees sólo por contentar a otros no te garantiza ni la felicidad ni su amistad. Es imposible estar de acuerdo con todo el mundo y, al final, hagas lo que hagas, más tarde o más temprano, siempre habrá alguien que te acabará criticando. Además, no es justo juzgar a alguien sin conocer sus circunstancias. Eso que hoy tanto criticas a otro puedes acabar haciéndolo tú mañana.
Muchísimas gracias Rut, por la propuesta y por la paciencia... Siempre es un lujazo aprender contigo. Como ya sabes, ésta también es tu casa. Deseando leerte de nuevo por aquí... ¡Gracias!
El cuento es un reflejo de lo que pasa a diario en muchos sitios. ¿Cuantas decisiones se toman pensando más en los demas que en uno mismo? ¿Muchas? ¿demasiadas?
ResponderEliminarGracias por hacerme pensar y sonreir
Muaks :)
Demasiadas.
EliminarGracias a ti por pasarte.
Un beso.
Oye, oye.. pero esto qué es... que yo tengo fichada a Rut en exclusiva para mi blog, jajaja... al menos hoy no es primer martes de mes, que esa es nuestra cita habitual.
ResponderEliminarEn serio, que me encanta veros juntas, que sois dos de mis imprescindibles (y ahora no estoy hablado de blogs, sino de personas) y que Pi, querida Pi, en cuanto vuelva en septiembre de mis vacaciones blogosféricas, quiero hacermelo contigo (y ahora sí estoy hablando de posts, jajaja...)
Sois grandes por separado, y juntas, todavía más.
Jajajaja, perdona guapo, ¡yo la vi primero!
EliminarVosotros dos sí que sois imprescindibles, juntos y por separado, en los blogs y, sobre todo, fuera de ellos.
Ahora descansa y cuando vuelvas, lo hacemos cuando quieras, yatúsabesmiamol, jajajajaja.
Gracias por pasarte. Un beso.
Vaya par de dos!!! Pilidorita i Rut... Wow!
ResponderEliminarTeneis más razón que un santo, y más en este pais donde el deporte nacional, ademas del fútbol, es criticar.
Hay una máxima que siempre aplico: trata a los demás como quisieras que te trataran a ti.
Un abrazo muy grande a ambas (**)
Mer
Muchas gracias guapa!!
EliminarQué gustazo leerte por aquí, gracias por aportar tu opinión.
Un besazo Mer.
Hola, la verdad que a mi me influye bastante. No obstante, con el paso de los tiempos he logrado hacerme "inmune" a esas opiniones que tratan de perjudicarme. Lo que pasa es que me considero una persona muy atenta y trato de darlo todo por los demás, y cuando me hacen daño verbalmente me molesta muchísimo.
ResponderEliminarUn saludo.
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