Hoy termina una semana diferente llena de miradas a los ojos que espero se sigan produciendo mucho tiempo (o siempre a ser posible) y en todo lugar.
Como algunos ya sabéis, el día 12 de diciembre a las 12:12 h. de la noche vio la luz Mírame, diferénciate, una iniciativa que pretende recordarnos que pequeños gestos como mirar a los ojos pueden mejorar la atención sanitaria (algo que, y según mi opinión, se puede y se debe extrapolar también a nuestro día a día).
El alma en su mirar se transparenta, mirar sereno, vívido y ardiente, y su robusta máquina alimenta la eterna llama que en el pecho siente. José de Espronceda.
La película. En la película de hoy, mirar a los ojos resulta fundamental para descubrir la humanidad de las personas...
Basándose (muy libremente) en una novela titulada ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Ridley Scott dirigió un clásico de ciencia ficción protagonizado por Harrison Ford que se estrenó en 1982. Me estoy refiriendo a Blade runner.
Sí, ya sé que si alguien no ha visto o no sabe de qué va la película, viendo únicamente el fragmento anterior no encuentra la importancia de la mirada en este filme. Pero la tiene...
A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre ("más humanos que los humanos") pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante para trabajar como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron desterrados de la Tierra. Brigadas especiales de policía, los Blade Runners, tenían órdenes de matar (retirar) a todos los que no hubieran acatado la condena.
Y ¿cómo encontrar a Replicantes en una ciudad con 106 millones de personas? Mediante El test Voight-Kampff, (también llamado "test de empatía") con el que se pretende conseguir una respuesta emocional que pruebe la naturaleza del individuo en cuestión. Consta de una serie de preguntas que hay que contestar lo más rapidamente posible para medir el tiempo de reacción así como otros factores tales como la dilatación capilar, la fluctuación de la pupila y la dilatación involuntaria del iris. Para ello se coloca la máquina en cuestión enfrente del sujeto y se enfoca uno de sus ojos, consiguiendo así una imagen ampliada del mismo para su estudio detallado. Esto se complementa con otra serie de indicadores (respiración, ritmo cardíaco...)
Nuestros ojos dicen mucho de nosotros... (también en las películas de ciencia ficción)
El libro. Después de andar buscando androides rebeldes lo mejor es relajarse un poquito y disfrutar con un clásico. Y es que el libro de hoy no es una historia, son muchas historias. Mejor dicho, el libro de hoy no es un libro, es una leyenda.
Todo el mundo conoce a Gustavo Adolfo Bécquer, poeta sevillano cuya obra más reconocida son las Rimas y leyendas y de estas leyendas, hoy en particular me quedo con una preciosa llamada Los ojos verdes.
Es una leyenda que se lee en muy poco tiempo, así que hoy no hay excusa para buscarla y leerla (seguro que todos tenéis alguna edición de Rimas y Leyendas).
Don Fernando, que en una cacería cree haber visto los ojos y la mujer más bella imaginable, abandona actividades y diversiones no sólo para encontrarla, sino para entregarle la vida misma. Los románticos consideran que la mujer es un ser divino, ángel de luz, único remedio terrenal a nuestras nostalgias de infinito. Don Fernando no está buscando una mujer, esposa, madre y amante. Busca respuesta a sus ansias superiores, aunque sea en un espíritu maligno o diabólico. La pretensión imposible de los románticos es encontrar en la amada un sustituto de la divinidad. Bécquer prefigura la belleza de esa mujer de ojos verdes en el agua de una fuente, como si la propia naturaleza fuese un presagio de ese misterio escondido. (Opina 2000).
Rimas y Leyendas es una obra imprescindible, y Los Ojos Verdes es una maravilla (muchísimas gracias a Rosa por recordármela).
Nunca infravalores el poder de una mirada...
La canción. Aunque reconozco que no soy seguidora del autor de hoy, últimamente hace unos cuantos años sonaba a todas horas en mi radio-cassette (así que ya os podéis imaginar el tiempo que hace). Y es que hace unos años una era muy fan de los autores del Nuevo pequeño catálogo de seres y estares, pero desde que se separaron, le pillé manía a uno de ellos y ya no me gusta tanto como antes. Como habréis imaginado, estoy hablando de Manolo García (¿qué fue de Quimi?).
Y con respecto a la canción de hoy, siempre se puede hacer una excepción, y con Como Quien da un refresco la hago porque es una canción que sí me gusta.
Eye Reflection (Jennuine Captures en Flickr) |
La película. En la película de hoy, mirar a los ojos resulta fundamental para descubrir la humanidad de las personas...
Basándose (muy libremente) en una novela titulada ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, Ridley Scott dirigió un clásico de ciencia ficción protagonizado por Harrison Ford que se estrenó en 1982. Me estoy refiriendo a Blade runner.
Sí, ya sé que si alguien no ha visto o no sabe de qué va la película, viendo únicamente el fragmento anterior no encuentra la importancia de la mirada en este filme. Pero la tiene...
A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre ("más humanos que los humanos") pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante para trabajar como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron desterrados de la Tierra. Brigadas especiales de policía, los Blade Runners, tenían órdenes de matar (retirar) a todos los que no hubieran acatado la condena.
Y ¿cómo encontrar a Replicantes en una ciudad con 106 millones de personas? Mediante El test Voight-Kampff, (también llamado "test de empatía") con el que se pretende conseguir una respuesta emocional que pruebe la naturaleza del individuo en cuestión. Consta de una serie de preguntas que hay que contestar lo más rapidamente posible para medir el tiempo de reacción así como otros factores tales como la dilatación capilar, la fluctuación de la pupila y la dilatación involuntaria del iris. Para ello se coloca la máquina en cuestión enfrente del sujeto y se enfoca uno de sus ojos, consiguiendo así una imagen ampliada del mismo para su estudio detallado. Esto se complementa con otra serie de indicadores (respiración, ritmo cardíaco...)
Nuestros ojos dicen mucho de nosotros... (también en las películas de ciencia ficción)
El libro. Después de andar buscando androides rebeldes lo mejor es relajarse un poquito y disfrutar con un clásico. Y es que el libro de hoy no es una historia, son muchas historias. Mejor dicho, el libro de hoy no es un libro, es una leyenda.
Todo el mundo conoce a Gustavo Adolfo Bécquer, poeta sevillano cuya obra más reconocida son las Rimas y leyendas y de estas leyendas, hoy en particular me quedo con una preciosa llamada Los ojos verdes.
Don Fernando, que en una cacería cree haber visto los ojos y la mujer más bella imaginable, abandona actividades y diversiones no sólo para encontrarla, sino para entregarle la vida misma. Los románticos consideran que la mujer es un ser divino, ángel de luz, único remedio terrenal a nuestras nostalgias de infinito. Don Fernando no está buscando una mujer, esposa, madre y amante. Busca respuesta a sus ansias superiores, aunque sea en un espíritu maligno o diabólico. La pretensión imposible de los románticos es encontrar en la amada un sustituto de la divinidad. Bécquer prefigura la belleza de esa mujer de ojos verdes en el agua de una fuente, como si la propia naturaleza fuese un presagio de ese misterio escondido. (Opina 2000).
Rimas y Leyendas es una obra imprescindible, y Los Ojos Verdes es una maravilla (muchísimas gracias a Rosa por recordármela).
Nunca infravalores el poder de una mirada...
La canción. Aunque reconozco que no soy seguidora del autor de hoy, últimamente hace unos cuantos años sonaba a todas horas en mi radio-cassette (así que ya os podéis imaginar el tiempo que hace). Y es que hace unos años una era muy fan de los autores del Nuevo pequeño catálogo de seres y estares, pero desde que se separaron, le pillé manía a uno de ellos y ya no me gusta tanto como antes. Como habréis imaginado, estoy hablando de Manolo García (¿qué fue de Quimi?).
Y con respecto a la canción de hoy, siempre se puede hacer una excepción, y con Como Quien da un refresco la hago porque es una canción que sí me gusta.
Busco en ese mar de miradas perdidas.
Azules, verdes, de todos los colores.
Son tan libres como libres son los hombres.
Me detengo en las miradas.
Detente siempre en las miradas de los demás...
Espero que no dejéis nunca de mirar los ojos. Que paséis buen domingo.
SH siempre te digo que me encanta tu entrada de los Domingos porque es verdad...pero es que hoy lo has clavado!!
ResponderEliminarLlevo una semana con Blade Runner en la cabeza, de hecho ha sido mi propuesta para el cinefórum en el que participo!
Y Rimas y Leyendas, libro de mesita de noche durante varios años....
Manolo García te lo perdono, jajaja!!
¿Que tal Belanova? jiji http://www.youtube.com/watch?v=fXdZs47CMpg
Hola Maripi. Un domingo más he buscado en mi móvil tu blog como fuente de energía, como brisa fresca... Tus reflexiones son tan audaces que por sencillas se hacen fuertes. Son tan afinadas que solo una lectura no basta para llegar a su fondo... Tu blog, en definitiva, es un ejercicio constante de MIRADAS.
ResponderEliminarNi Balde ni las Leyendas fueron objeto nunca de mi atención (Manolo García si). Tras leer tu pildorita de hoy he visto claramente que hay cosas en esta vida que se merecen otra mirada.
Un beso.
Otro domingo más apunto tus sugerencias. Hoy sólo me queda pendiente la peli porque la canción ya la conocía y Bécquer me tiene conquistada,jaja. Un placer, ya lo sabes.Lo importante no es mirarnos los unos a los otros sino mirar juntos en la misma dirección.
ResponderEliminarGracias Inés, la verdad es que este domingo me ha quedado una entrada muy chula, jajajaja. Ya en serio, gracias de verdad por tus ánimos y comentarios, saber que a alguien le gusta lo que escribes siempre te anima a escribir más, aunque he de reconocer que con la entrada de los domingos disfruto especialmente.
ResponderEliminarManolo García no me gusta, pero esta canción sí y su letra le viene de maravilla al post de hoy.
Belanova, y sobre todo Miranda, también te los perdono yo, jajajaja.
Gracias. Un beso.
Antonio, al igual que le decía a Inés, gracias por estar ahí, por buscar el blog los domingos y por tus comentarios (aunque ya has descubierto el truco del horario de publicación, jajajaja)
Dedícale otra mirada a Bécquer y a la peli, no te arrepentirás.
Otro beso para ti y gracias otra vez.
Y sister, digo Rosa María, al igual que le decía a Inés y a Antonio, también te doy mil gracias por tu apoyo que esta vez también es logístico ;) Bécquer conquista a cualquiera.
Mirar juntos en la misma dirección es maravilloso, que la dirección de esas miradas sean los ojos de otra persona (y viceversa) es más maravilloso todavía (espero que entiendas, que me he liado un poco y me ha quedado algo enrevesado, jajajaja)
Un besazo guapa y mil gracias por todo.